Qué más se puede pedir

Tres triunfos en tres partidos, nueve puntos de nueve posible. Qué más se puede pedir. El Athletic continúa imparable en Liga. Ni la visita del temido Villarreal sirvió para frustar la buena racha del equipo de Caparrós. La bilbaína fue una victoria justa a todas luces, aunque en los últimos minutos tocó sufrir. El 3-2, visto lo visto sobre el terreno, se quedó corto porque los leones hicieron méritos más que suficientes para haberse ido a la caseta con una diferencia mucho más holgada en el marcador.

El Athletic, tal y como sucediera el pasado jueves frente al Austria de Viena, volvió a dejar patente que además de vencer, puede y sabe convencer. Su fútbol, sobre todo en la primera parte, trajo por la calle de la amargura a los pupilos de Valverde e hizo disfrutar por todo lo alto a su siempre entregada afición. Toque, velocidad, desborde y ocasiones a nivel ofensivo y seguridad, solidaridad, presión y contundencia a la hora de defender. Otra ópera futbolística frente a un rival acostumbrado a dar recitales en grandes auditorios.

Este nuevo éxito tiene un mérito añadido, puesto que en el once titular rojiblanco hubo muchas caras nuevas respecto a la última cita de la Europa League. Tanto el entrenador del conjunto bilbaíno como el público y el rival tuvieron así la posibilidad de constatar que el potencial del bloque no se resiste en función de las individualidades. Ustaritz, Koi, David López, Javi Martínez, Gabilondo y Toquero, ausentes ante el Austria, rindieron ayer a un nivel más que aceptable. Algunos de ellos, incluso, sobresalieron.

Llorente tamopoco fue esta vez la única referencia en ataque, pero así y todo él se encargó de marcar las diferencias. Primero con un remate de cabeza a medido pase de David López. Después con un impresionante zurdazo tras otra jugada ofensiva bien elaborada. El goleador rojiblanco fue en una auténtica pesadilla para la zaga visitante.

La ovación que le dedicó el público de La Catedral en el momento de ser sustituido resultó a todas luces merecida. Su salida del campo sirvió para el debut de Aketxe, un joven delantero que la temporada pasada militaba en el Arenas. Éste, sin duda, es otro de los aspectos a destacar del triunfo bilbaíno, puesto que el erromotarra se situó en punta junto al cada vez más suelto Muniain. Mientras Valverde tiraba de Nilman y Pires para tratar de arreglar el entuerto, Caparrós recurría a dos cachorros de cara a asegurar los tres puntos. ¡Menuda diferencia!.

Un solo equipo

El primer tiempo de este temido encuentro resultó un monólogo en clave rojiblanca. Las ocasiones de gol ante la portería de Diego López se fueron sucediendo mientras que Iraizoz apenas tenía que dedicarse a estar atento a las cesiones de sus defensas. El primer tiro a puerta del Villarreal, obra de Eguren, no llegó hasta el minuto 35. Los leones ganaban para entonces 1-0 y poco después aumentaban a dos su ventaja. Llorente no fue el único en poner a prueba a Diego López antes del descanso, puesto que Gabilondo, Toquero y David López también tuvieron sus opciones.

El arranque del segundo tiempo resultó un tanto frustrante, puesto que tras dos buenas ocasiones del Athletic llegó el gol de Cani. Los amarillos se lanzaron a partir de ahí en busca del empate, pero se toparon con un rival que no cejó en el empeño hasta firmar su tercer tanto. Javi Martínez, que minutos más tarde tuvo que dejar el campo por problemas físicos, fue su autor al rematar de cabeza un córner lanzado por Gabilondo.

La lesión del navarro obligó a Caparrós a meter a Yeste en el doble pivote. La presión del Villarreal aumentó a medida que se acercaba el final y el nerviosismo empezó a cundir en San Mamés cuando Cazorla batió a Iraizoz a seis minutos del final. Los leones, con Amorebieta impresionante, aguantaron el tirón a base de casta. Esto, sin duda, es otra cosa